Estrategias de trading en recesión, cómo proteger tus inversiones
La palabra "Recesión" ha sido sinónimo de negatividad desde el origen de los tiempos, y cuando se oye esta palabra, lo primero que suele venir a la mente es "¡Ay, no!". Pero tranquilos; no todo es pesimismo, y os explicamos por qué:
¿Qué es una Recesión?
Según la Oficina Nacional de Investigación Económica, una recesión se manifiesta cuando la actividad económica disminuye durante más de dos trimestres consecutivos. Cuando disminuye el Producto Interior Bruto (PIB), la renta real, el gasto de los consumidores, la producción industrial y el empleo experimentan variaciones.
Causas y Efectos de una Recesión
Las causas de las recesiones son las crisis económicas, el estallido de burbujas de activos especulativos o el aumento de la deuda, entre otros factores. Las recesiones más recientes y notables se produjeron en 2008 y 2001.
La Crisis Financiera Mundial de 2008 fue provocada por una burbuja del mercado inmobiliario impulsada por los bajos tipos de interés y el mal crédito. Cuando por fin estalló la burbuja, se desató una recesión que duró 18 meses. PIB cayó un 4,3% y el desempleo alcanzó el 10%, al tiempo que el Gobierno de EE.UU. inyectaba $700.000 millones como paquete de rescate para los bancos en quiebra de la época.
La Recesión DOT-COM de 2001 tuvo características similares a la Crisis Financiera Mundial, pero fue causada por un índice Nasdaq sobreinflado, que cayó un 75% y arrasó el capital de los inversores en tecnología. Puesto que la recesión se contuvo en cierta medida a los efectos de las pérdidas en el mercado bursátil, sólo duró ocho meses, con una contracción del PIB del 0,6% y una tasa de desempleo del 5,5%.
En la ilustración anterior, el PIB Real de EE.UU. (USGDPCP) se compara con el Gasto de los Consumidores (USCS) y la Tasa de Desempleo (UNRATE). Durante la Crisis Financiera Mundial de 2008 se registró un enorme aumento del desempleo, mientras que el gasto de los consumidores se redujo.
Por Qué las Recesiones no Son el Fin del Mundo
Como es lógico, a nadie le apetece una recesión; sin embargo, puede ser útil adoptar un determinado enfoque del riesgo a la hora de intentar salvaguardar algunas inversiones.
Durante una recesión, la renta variable se ve perjudicada. Esta situación se explica por la disminución de los ingresos reales y el gasto de los consumidores, que hace que las empresas públicas compitan por menos. Las empresas se ven obligadas posteriormente a reducir los precios en algunos casos para atraer a los clientes, lo que agrava aún más su pérdida de ingresos.
Sin embargo, no todos los sectores son propensos a salir perdiendo. Algunos sectores rinden mejor que otros en una recesión, y vamos a explorar algunos de ellos.
Durante una recesión económica, los valores de defensa suelen tener un comportamiento entre estable y positivo, y normalmente superan a otros sectores. Los valores de defensa venden artículos de primera necesidad o esenciales, como alimentos, medicamentos, suministros médicos o energía. Las familias tienden a asignarles un presupuesto incluso cuando sus ingresos reales disminuyen.
Los valores cíclicos tienden a adaptarse a la economía, ya que aumentan su demanda cuando la economía se expande y viceversa. Por ejemplo, las recesiones suelen venir acompañadas de tipos de interés bajos para estimular el crecimiento económico con costes de préstamo más baratos. Las empresas de servicios financieros que se sustentan principalmente en los ingresos por intereses podrían sufrir un descenso de sus ingresos y beneficios, lo que las convertiría en inversiones menos atractivas. Asimismo, al disminuir la renta disponible de los hogares, los sectores de aerolíneas, viajes y hostelería sufren pérdidas, ya que los hogares suelen recortar los gastos no esenciales, lo que hace menos atractivas las acciones de este sector.
SPDR S&P Bank ETF (KBE) e Invesco Defensive Equity ETF (DEF) son dos ETF que siguen valores cíclicos y defensivos, respectivamente. La siguiente ilustración muestra que los valores de defensa superan a los valores cíclicos durante una recesión.
¿Qué ocurre con otras clases de activos?
El oro, que los expertos suelen considerar una inversión segura, tiende a obtener mejores resultados en épocas de recesión económica. Como el valor de otros activos disminuye, el oro se considera una reserva de valor, y su demanda suele aumentar durante las recesiones. La siguiente ilustración muestra que el oro se dispara a medida que se desarrolla una recesión. Durante la crisis financiera mundial de 2008, el oro subió casi un 18%, mientras que el Nasdaq100 cayó un 9,36%.
Los precios de los bonos suelen subir cuando aumenta la demanda por ellos. Los Bancos Centrales suelen fomentar los tipos de interés bajos con el fin de incentivar el crecimiento durante una recesión. Los bonos más antiguos, que presentaban rentabilidades más elevadas y que se emitieron antes de la recesión, se aprecian por su capacidad de generar ingresos más lucrativos que los bonos emitidos más recientemente con tipos de interés bajos.
En tiempos de recesión, los instrumentos financieros derivados pueden ser una buena forma de mitigar el riesgo. Los instrumentos derivados permiten al inversor ir a largo (comprar) o a corto (vender) en diversas clases de activos, como ocurre con algunos sectores de ETF o CFD.
El Oro, las Acciones y los Bonos Defensivos pueden tenerse en cuenta para mitigar los riesgos de inversión que se derivan de las posiciones largas durante una recesión. En cambio, los valores cíclicos siguen bajo presión cuando se desata una recesión hasta que cambia el panorama macroeconómico, por lo que podrían considerarse a la hora de decidir ir en corto durante una recesión, ya que su valor suele disminuir.